El ex marino Alfredo Astiz se encuentra entre los 11 condenados a cadena perpetua por un tribunal argentino, acusándolos de cometer crímenes de lesa humanidad en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), centro que funciono como prisión de forma clandestina.
86 casos de secuestros, privaciones ilegítimas de la libertad, torturas y homicidios perpetrados contra disidentes políticos son algunos de los cargos de los que se acusan a los condenados entre los que también se encuentran el ex capitán de fragata Alfredo Astiz, uno de los mayores símbolos de la represión militar, y los marinos retirados Jorge Acosta, Ricardo Cavallo, Jorge Radice, Antonio Pernías y Juan Carlos Rolón, también figuras emblemáticas de la dictadura.
Astiz, de 59 años, conocido como "El ángel rubio de la muerte", está considerado agente emblemático de la represión bajo la dictadura y fue considerado culpable por la desaparición de las monjas francesas Leonie Duquet y Alice Domon, la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y el escritor y periodista Rodolfo Walsh, entre otras víctimas. El exmilitar fue dado de baja en 1998 por haber declarado a la prensa que estaba en condiciones de «matar»y «poner bombas» si se lo ordenaran.
Después de escuchar como Astiz acusaba al tribunal de «terrorismo judicial» sujentando en sus manos el libro Volver a matar, del periodista Juan Jofre, los supervivientes y familiares de víctimas que seguían la vista a través de pantallas gigantes instaladas en las puertas del tribunal, estallaron en gritos de júbilo con cada sentencia. «Es una jornada histórica, es la lucha más digna de la historia reciente de los argentinos», afirmó Patricia Walsh, hija del periodista asesinado Rodolfo Walsh
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